El inacabable calvario de mis acciones
me hace creer que existo,
me reprocha el ser dueña de este cuerpo
y me reclama la presencia de este acertijo.
Malgasto los días anhelando vivir
quebrantando los sueños
temiendo sentir.
Camino sin rumbo
pero avanzo tal cual
aún con ideas ancladas en mi mar…
y te escucho gritar,
las palabras reclaman
la falta de voluntad,
la inutilidad de mis pasiones,
le inexistencia de tenacidad.
El eco sin fuerza
me guía fúnebre en este andar,
temiendo al silencio
pero entregándome a él sin piedad.
Tal vez es miedo de encontrarte
de saberte vivo
de quererte idolatrar.
No sea que tus aromas me embriaguen
y que las palabras se apoderen
de este temor que me da y me roba dignidad.
Por Carolina Gonzalez (Carolina Portilla Garcés)
Colombia – 1998
Editado en Julio 17 de 2015
