Te alejas poco a poco
y la incertidumbre se ancla en mi alma.
Te alejas como la lluvia
sin avisar ni premeditar la calma…
esa calma voraz que genera cambio
esa calma voraz que genera un comienzo.
Te alejas poco a poco
y me quedo aquí sentada
mirándote andar
andar y buscar aquello que no se dejó encontrar.
Te alejas y yo me quedo sentada
aquí anclada y sin verdadera calma
recogiendo los pedacitos de aquella farsa
y viéndote viajar sin interrumpir tu danza.
Te alejas y dejas un cambio
marcas un comienzo, al irte como el agua,
pero dejas inundada mi alma
llena de incertidumbre y un triste “Gracias”.
Te alejas y yo
me quedo aquí sentada
mirando a este cielo
que está lleno de tus palabras.
Por Carolina Gonzalez (Carolina Portilla Garcés)
Julio 8 de 2015
