En días como hoy
el miedo habita aquí.
Puedo verlo claramente
y sentir de cerca su existencia,
presencia que poco a poco me convence
y me libera.
Sus aires son los que me asfixian,
el roce de su piel me quebranta,
y sus caricias me arrebatan
la sonrisa que ahora se escapa.
Se desdibuja frente a mi el brillo de sus ojos
y se revela la rareza de su calma.
Pero a qué se debe sus brillos?
A qué se debe su agresiva calma?
A la alegría por su existencia
o a la tristeza que produce su presencia?
Por Carolina Gonzalez (Carolina Portilla Garcés)
Colombia – Febrero 17 de 2000 – 11:50 pm
(Editado en Julio 18 de 2015)
