Mi cerebro se llena de rosas
cada vez que pienso
en el tierno aroma de tu corazón.
Es como si mi mente
se inundara de rocío
y el recuerdo, con sus formas,
se escondiera tras el arco iris,
aquél que en tardes únicas
se alimenta de la pasión.
Un fresquito se siente al recordarte,
un cosquilleo constante se apodera
de cada sector conquistador por tu esplendor.
Eres brisa suave,
brisa que despierta ojas secas
y las lleva a los limites de la imaginación,
a cada partícula de nuestra ilusión.
En tu ir y venir con rumbo
danzo como si fuera una flor,
flor de pétalos y aromas
que se apoderan de tu razón.
Por Carolina Gonzalez (Carolina Portilla Garcés)
Colombia – 2000 – (Editado en Julio 17 de 2015)